-Come y recupera fuerzas-es lo último que le digo antes de salir de la habitación.
Iba sonriendo hacia la puerta, al salir me encuentro con sus padres y su hermano, les digo que ya se ha despertado y está muy bien, acto seguido voy mirando al suelo hacia el baño.
Llamo tres veces para asegurarme de que no hay nadie. Como no oigo respuesta me meto entre las cuatro paredes más seguras que encuentro ahora mismo y echo el pestillo.
Me miro al espejo, intento no llorar, cuando casi lo había conseguido una lágrima abre la puerta a todas las demás.
Se ha despertado, Josh se ha despertado, por fin, después de seis días sin apenas salir de aquí Josh ha vuelto conmigo, por poco tiempo...
He decidido una cosa por los dos, se que a Josh no va a gustarle pero lo tengo que hacer por su propio bien, esto solo le ayuda a él.
Pienso en decírselo nada más salir del cuarto de baño, pero eso ahora le afectaría mucho más que si espero. Se lo diré cuando le den el alta, esperaré hasta entonces.
Se que Héctor está en este hospital pero no se donde, me conviene estar alerta, por si acaso. Tengo muchísimo miedo, desde que le vi por última vez no he podido salir sola, no se como he conseguido hacerlo ahora, no me quedaba otra, supongo.
Cada vez es mayor el número de segundos que estoy encerrada en el baño, tengo que salir ya, de lo contrario los demás sabrían que pasa algo, y no quiero que eso ocurra.
Vuelvo a mirarme en el espejo, me seco las lágrimas, me lavo la cara y me seco con un trozo de papel.
Abro la puerta despacio y asomo la cabeza, miro a los lados esperando encontrarme a Héctor corriendo hacia mi. En vez de eso veo gente andando de un lado para otro, algunos van hacia la cafetería, otros hacia las habitaciones y yo..., yo solo quiero desaparecer.
Me acerco mirando a los lados, otra vez. Voy segura hacia la barra y le hago un gesto al camarero para que me atienda.
-¿Qué quiere señorita?-pregunta.
-Un bocadillo de bacon y una coca-cola por favor.
-Perfecto, aquí lo tiene, son 3'50€
-Muchas gracias.
Cojo la bolsa y me voy, miro a ver si está todo dentro y, sin querer, me choco con alguien. Levanto la vista y...
-Hola preciosa-Judith, la madre de Héctor me abraza.
-Hola...
-Siento de veras todo lo que ha pasado y se que no puedo hacer nada por remediarlo-las lágrimas empiezan a caer por sus mejillas.
-No... No pasa nada Judith...-no se que hacer, no me sale abrazarla, se que ella no tiene la culpa pero no puedo.
-Se por lo que has pasado y yo... La verdad es que me da mucha vergüenza todo esto.
-No pasa nada...-se me encoge el corazón al verla así-¿cómo está... Héctor?
-Está estable, aún no ha despertado...
-¿Cómo?
-Bueno, está en coma, se dio un golpe en la cabeza.
-No lo sabía...
-Anouk, me tengo que ir, lo siento por todo, espero que te recuperes.
-Gracias Judith.
Salgo prácticamente corriendo de allí, no podía estar ni un minuto más cerca de ella.
Ya estoy cerca de la habitación en la que está Josh y miles de frases se me vienen a la mente, frases que tendré que utilizar cuando salgamos de allí.
La puerta está abierta, veo a Connor, hermano de Josh en el sofá, y a Michelle en una silla hablando con él.
Entro y los tres pares de ojos me miran, pongo la mejor de mis sonrisas y subo la bolsa.
-Mira lo que he traído-digo.
-Eres la mejor-Josh me mira y sonríe.
No digas eso Josh... Enfádate conmigo por algo, haz cualquier cosa que me facilite lo que viene después.
Saco las cosas de la bolsa y las pongo en la mesilla que tiene Josh al lado.
Josh coge el bocadillo rápido y quita el envoltorio demasiado deprisa para sus costumbres.
-Despacio, Josh... A ver si te va a sentar mal.
-Tranquila, no tengo pensado morirme por un bocadillo-dice con la boca llena.
Bajo la mirada, triste, "no tengo pensado morirme", casi lo hace por mi culpa, pero eso se acabó, nunca más tendrá que arriesgarse por mi.
-He visto a la madre de Héctor-comento sin darle importancia.
-¿Qué?-pregunta Josh alarmado-¿qué te ha dicho?
-Nada... Que Héctor está en este hospital y aún no ha despertado del coma, por lo visto se dio un golpe en la cabeza, yo no lo sabía.
-Yo tampoco-contesta Josh-¿y vosotros?-pregunta a Connor y a Michelle.
-Ni idea-contesta su hermano-yo no sabía ni que había venido al hospital.
-Nosotros nos tenemos que ir Josh...-dice Michelle-tengo que trabajar y...
-Tranquila-sonrío-yo me quedo con él.
-Que sepas que no se ha apartado ni un segundo de ti-dice Connor a Josh.
-Estaba seguro-contesta.
Cuando salen ambos de la habitación me siento en la silla que antes ocupaba Michelle. Miro a Josh a los ojos, ya se ha terminado el bocadillo.
-Josh...
-Espera, antes de que me digas nada quiero que sepas que te quiero, eso ya lo sabías, pero es que no me puedo morir sin decírtelo por lo menos dos veces al día.
-¡¿Quieres dejar de decir eso?!-grito.
-Anouk... ¿Qué pasa?
-¡No vuelvas a decir nada de muerte ni gilipolleces! Dios... ¡¿No te das cuenta?! ¡¿Es que eres tan sumamente imbécil para no darte cuenta de que podrías no estar aquí ahora?!
-Anouk...
-¡Ni Anouk ni hostias! Mira Josh...
-Para, por favor, me duele la cabeza, lo siento.
¿Cómo puedo ser tan cabrona?
-Josh... Lo siento, joder perdóname-me inclino para abrazarle.
Le abrazo con todas las fuerzas que me permito utilizar con el Josh que tengo delante.
-Lo siento...
-Anouk, déjalo, todos estamos muy tensos.
-No es excusa... Perdóname.
-Yo siempre te perdono, no puedo enfadarme contigo.
Vuelvo a abrazarle, me escondo en su pecho, noto sus brazos sobre mi espalda, acariciando los rizos de mi pelo. Puedo sentir como humedezco la sábana con mis lágrimas, tengo que tranquilizarme antes de levantar la cabeza, no puede haber ni rastro de agua salada bajando por mis mejillas cuando le mire.
-Anouk, ven-dice.
-No...-no me puede ver así, es él el que necesita atención, no yo.
-Vamos, Anouk...
Me limpio las lágrimas que puedan quedar con la mano antes de levantar la vista.
-¿Qué pasa Josh?
-Deja de llorar, estoy aquí, ¿no?
-Sí...
-Pues dame un beso.
En ese momento dejo de pensar en las tonterías que surcaban mi mente, hago lo que me dice, hago lo que quiero. Le beso, el beso que tanto esperaba, el beso con ganas, el que me hace olvidar, es uno de esos besos perfectos que solo él consigue darme. El beso...
Odio y esperanza, eso es lo que siento después del beso. Odio por tener que hacer eso que yo no quiero cuando salgamos de aquí y esperanza por que no acabe, a pesar de lo que haga.
-Llevaba exactamente..., mucho tiempo esperándote señorita-dice.
-¿Exactamente mucho tiempo?-suelto una carcajada.
-Sí, eso exactamente.
Vuelvo a besarle, tengo que aprovechar ahora, en un par de días dudo que pueda hacerlo.