Dios mío... Veo como Lluvia se para en seco a medio metro del río, Josh sale disparado y aterriza en las piedras del río con la cabeza.
-¡Josh!
Salto del caballo y voy corriendo, está inconsciente, le giro y tiene la cara ensangrentada.
-Josh...
Veo que tiene la nariz rota, se como arreglarlo, por lo menos hasta que pueda llevarle a un hospital.
Tengo que colocársela... Me da mucho respeto, ¿y si lo hago mal? Pero si no lo cojo a tiempo se va a enfriar y le va a doler.
Él sigue inconsciente.
Vale, tengo que colocarle la nariz.
Me mentalizo de lo que le tengo que hacer, eso duele mucho.
Pongo mis manos agarrando fuertemente cada una de las dos partes que ahora tiene su nariz y con un giro brusco oigo un "crack" y la veo normal, bastante hinchada pero por lo menos no hay dos partes.
-Aaaaaah-Josh me asusta con su grito-dios como duele.
-Lo siento Josh-me estoy poniendo nerviosa.
Le veo la cara envuelta en una capa líquida de sangre, dios mío...
-Tenemos que ir al hospital-digo-¿puedes levantarte?
-!Joder! Me duele la pierna.
Se levanta el pantalón y veo un corte enorme en el gemelo.
-Oh... Josh.
Pongo su brazo sobre mi y le ayudo a andar.
-!AYUDA!-grito-!Por favor, ayuda!
Veo que viene en un todo terreno el hombre que nos ofreció los caballos.
-¿Qué ha pasado? Subid.
Le cuento todo lo que he visto de camino al hospital, Josh se está quejando mucho, tiene cortes por todas partes, las manos y la cara es lo peor.
-Dios, Anouk, ¿falta mucho?
-No, Josh, ya llegamos.
Está sudando, está realmente mal.
-No entiendo lo que ha pasado-dice el hombre, no he preguntado su nombre-Lluvia es la más dócil.
Ya hemos llegado al hospital, nada más entrar cinco médicos nos atienden.
-¿Qué ha pasado?-dice el más mayor.
-Se calló del caballo-digo.
Le ponen en una silla de ruedas y van corriendo al ascensor, me han dicho que no puedo ir con él todavía.
Me quedo esperando, "por lo menos no se ha roto nada", pienso.
Ahora estoy sola, el señor de los caballos se ha ido, no se qué ha podido asustar a Lluvia...
-¿Los parientes del señor Hutcherson por favor?-dice una enfermera.
-Sí, soy yo, ¿dónde tengo que ir?
-Acompáñeme-dice.
-¿Cómo está?
-Está bien, según lo que nos ha contado podría haber sido mucho peor, cayendo con la cabeza se podría haber roto el cuello.
No quiero ni pensarlo. Entro en su habitación, veo que tiene muchos cortes en la cara pero es menos de lo que yo pensaba, tiene una gasa en la nariz y vendas en las manos y en la pierna izquierda, la del corte.
-¿Te duele?-pregunto.
Me acerco a la cama, está sentado con las piernas colgando. Me arrodillo y apoyo mi barbilla en su rodilla derecha.
-Ya casi no me duele, gracias por lo de la nariz-dice.
-Era lo que tenía que hacer-le beso la rodilla.
-Estoy feo-dice poniendo cara triste.
Me levanto y le doy un beso en la frente, noto que pone una mueca de dolor.
-¿Te he hecho daño?-digo.
-Ahí me duele, si...
Le beso en la mejilla.
-¿Y ahí?
-Sí... Pero aquí-señala sus labios-no me duele.
Le acaricio la cara suavemente y le beso, un beso cálido, largo y perfecto nos invade.
Me separo y le miro.
-Con los cortes y la nariz rota estás muy sexy, te dan un aire de tipo duro-digo sonriendo.
-Muy graciosa...
-Josh... ¿Qué le pasó a Lluvia?-cambio de tema.
-Emm... No se... No lo recuerdo bien, yo noté que antes de echar a correr se estremeció, igual se le calló algo de un árbol... No lo se la verdad.
-Es que me dijo que era la más dócil el señor...
-Lo se... Cogí esa para no hacer el ridículo delante tuyo-sonríe.
-Eres un tonto-digo-aunque hubieras cogido a Thor no cambiaría mi opinión sobre ti.
-¿Ahora es buena no?
-Claro-respondo.
-A ver dímelo... ¿qué piensas de mi?
-Josh... No voy a regalarte los oídos, ya lo sabes.
-Estoy malito...-dice poniendo morritos y tosiendo aposta y de una manera falsa.
No me puedo resistir.
-Pues eres guapo-digo.
-Sí...
-Sexy-sigo.
-Ahá.
-Estás realmente...
-¿Realmente qué...?-dice poniendo una sonrisita.
-Loco-continúo.
Veo que pone una cara rara, desde luego no era eso lo que esperaba.
Antes de que pueda contestar llega una enfermera.
-Buenas noches, he venido para darle el alta.
-Genial, podemos irnos ya, ¿no?
-Claro-dice extendiéndonos un papel donde pone todo lo que tiene Josh, lo que se tiene que tomar, etc.
Lo cojo y le ayudo a vestirse.
-Anouk... Estoy pensando que no hace falta que me ayudes a vestirme, ¿sabes? Prefiero que me ayudes a lo contrario.
-Josh... ¿Las pastillas que te han dado estaban homologadas? Creo que te han sentado mal...
Me da un beso y le ato los cordones.
Llamo a mi padre para ver si viene a recogernos.
-¿Papá?
-Hola Anouk, ¿qué pasa?
-Verás... ¿Puedes venir a recogernos?
-Claro, ¿dónde?
-Al hospital...
-¿Qué? ¿Qué ha pasado?
-A mi nada, no te asustes, el caballo de Josh se asustó y... Bueno que ha acabado en el hospital.
-Vale, voy.
No tarda ni cinco minutos.
Mira a Josh.
-Pero chico... ¿Qué te ha pasado?
-Se asustó el caballo, señor.
-Vaya... Bueno no me llames señor, llámame Enrique, ¿te dejo en tu casa?
-Sí, Enrique, gracias.
Por el camino hay un silencio incómodo.
-Bueno, Josh... ¿La quieres?
Mi padre ha roto el silencio de la peor manera.
-Sí, señor, esto... Enrique. La quiero.
-Ya... ¿Cuánto lleváis?
-Ocho días, empezamos el 22 de mayo.
-Sí, muy bien. Anouk, ya...
-Vale, papá ya está, te has pasado. Sigue recto es la cuarta casa la de Josh.
Aparca y salgo para ayudarle a entrar.
-Aprieta fuerte tu padre, ¿eh? Si... Bueno no le hagas caso, verás cuando te vea tu madre...
-Lo se, bueno mañana te veo, ¿no?
-No se... Es que hoy no he pintado...-digo.
-Ah, vale.
-No, vengo a tu casa a las cinco, ¿te parece?
-Gracias, "Anuki"
-No me vuelvas a llamar así si no quieres que te mate, Joshi...
-Entendido.
-!Anouk! Se hace tarde-grita mi padre.
-Bueno, Josh, mañana nos vemos-me acerco para darle un beso pero se aparta.
-Mejor dos besos, está ahí tu padre y...
-Eres tonto, lo acabo de comprobar.
Me acerco a él y le doy un beso de película romántica.
-Hasta mañana, te quiero-digo corriendo hacia el coche.
Me monto.
-Bueno... No parece mal chico después de todo, un poco vergonzoso y eso.
-Es que papá, te has pasado. Solo llevamos una semana...
-Ocho días-me corta.
-Bueno... Ocho días.
-¿A ti te gusta?-pregunta.
-Pues sí, la verdad.
-Entonces no hay más que hablar...
Llegamos a casa y llamo a Josh.
-Auki.
-Cuelgo...
-No, no cuelgues. Mi madre me ha regañado.
-¿Qué te ha dicho?
-Que si no tengo cuidado, que como se me ocurre, que no pienso... Esas cosas.
-Vaya... Josh.
-No pasa nada-ríe-ahora me tiene en la cama y me ha traído la cena aquí.
-Aprovechado...
-Estoy malito... Eres tú la que no se da cuenta.
-Perdoname...-digo.
-Te perdono si mañana me traes una cosa...
-¿Qué cosa tengo que llevarte?
-Una tableta de chocolate, la más grande que encuentres.
Me río, me hace mucha gracia como me lo dice, es como si lo necesitara.
-Vale, te la llevo. Espero que tú lleves la tuya.
-Anouk, esa viene de serie.
-Tonto...
-Anuki.
-Ahora te cuelgo.
-Te quieroooo-dice.
-Y yo, un besito, nos vemos mañana.
Cuelgo. Me quedo en mi habitación, sonriendo como una tonta en la cama.
-Anouk, ya está la cena-oigo decir a mi madre.
Voy a la cocina, en realidad no está, quería que pusiera la mesa, típico. Pongo la mesa y me siento, hay verduras a la plancha para cenar, me encantan.
-Están muy ricas-digo con la boca llena.
-Me alegro, Anouk, ¿qué tal está Josh?
-Se ha roto la nariz, ¿sabéis? Yo se la coloqué.
-Que asco...-dice tu madre.
-Que va, ha molado el "crack"-contesto.
Terminamos de cenar y me pongo a lavar los trapos.
"Ring, ring, ring", suena el teléfono.
Voy a cogerlo, llevo un plato en la mano.
-¿Si?
-Anouk, hola, soy Héctor.
-Ah, ya lo sabía, reconozco su voz, ¿sabes?-digo sonriendo.
-Ya... ¿Qué tal está tu novio? ¿Cómo le trató el pony?
-¡¿Qué?!-dejo caer el plato.