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martes, 4 de septiembre de 2012

Capítulo 7.- "El accidente"


Tú:
Josh ha venido a buscarte, esta vez trae la moto porque el coche está en el taller.
-Hola mi amor-dice con una sonrisa.
Le das un beso, estás feliz, él está ahí, siempre está.
-Hola cariño-dices esbozando la mejor de tus sonrisas para él-¿Dónde vamos?
-Yo no lo se... Tú vas a pasar el mejor día de tu vida conmigo.
-Cada día nuevo contigo es mejor que el anterior.
Te besa, te besa. Lo sientes, le quieres.
-Sube preciosa-dice con su voz sexy que te encanta.
Te da el casco rosa, tiene algo nuevo, en la parte de atrás, con letras negras y dos flores con un tono amarillento está tu nombre.
-Me encanta-dices poniéndotelo.
-A ahora que te lo veo puesto me gusta mucho más.
Antes de subir a la moto te fijas en su ropa: lleva puesta una camiseta de manga corta roja que marca la línea de sus brazos, unos vaqueros oscuros y unas deportivas que elegisteis entre su madre y tú.
-Que guapo-dices mirándole de arriba a abajo.
Él, al escucharte, baja de la moto, da una vuelta lenta sobre sí mismo, se pone una mano en la barbilla y te guiña un ojo. Tú ríes. Acto seguido da una vuelta a tu alrededor; tú llevas una camiseta ancha de tirantes azul, esa camiseta deja ver un hombro, unos vaqueros cortos blancos y unas sandalias azules.
-No más que tú-dice dándote un beso en el cuello.
Sube en la moto y te da la mano para ayudarte a subir a ti.
Tú, como siempre le rodeas el abdomen con los brazos y apoyas tu cabeza en su espalda. 
La moto arranca. Vais por la carretera, es un viaje largo, porque lleváis media hora de camino y acabáis de entrar en la autopista.
Hay un camión delante, lleva animales, no sabes de que tipo porque no lo ves pero notas su olor.
-Puagh-dices.
Hay un poco de atasco así que quitas una mano de su alrededor para taparte en la nariz.
-Agárrate, ___-dice-agárrate ahora, te vas a caer.
Tú le obedeces, tiene razón y el olor es soportable.
Parece que el tráfico es más fluido ahora, vamos a una velocidad normal.
Sientes el viento en la cara a la vez que su camiseta.
Ya no tenéis delante el camión. 
-Cogeremos el próximo desvío.
Josh no habla nada mientras va conduciendo, una frase o dos. Siempre va muy concentrado, por eso con él estás segura.
Ya ves el desvío, lo estáis cogiendo.
"Piii, piii", oyes un pitido detrás y miras. Es en ese instante cuando chocáis. 
Tú no sientes nada, no ves nada. Sólo oyes, no puedes hablar ni moverte.
-¿Qué ha pasado?-pregunta una voz desconocida.
-Hemos tenido un accidente-esa no es la voz de Josh.
¿Y Josh? ¿Dónde está?
-Iban a coger el desvío y no los vi, para cuando me di cuenta los tenía encima.
"No puede ser, yo estoy viva, ¿y Josh?"
-Vamos a la ambulancia-dice otra voz-¡rápido! 
-El chico está bien, tiene una pierna rota y ha perdido la consciencia pero se recuperará-dice la voz del principio.
"Josh está bien", piensas, "ya estás tranquila".
-¿Y la chica?
-No lo se, esta noche es crítica, si sobrevive hoy... Habrá esperanzas.
"No puede ser... Si sobrevivo a esta noche".

Josh
-¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí?
-Tranquilo, estás en un hospital, tuviste un accidente pero estás bien-dice el doctor.
-¿Dónde está ___?¿Cómo está?-digo prácticamente gritando.
-Ella ha sobrevivido a la primera noche pero está bastante peor que tú.
"Ha sobrevivido a la primera noche, puede que no sobreviva a más, ¿ha querido decir eso?"
-¿Dónde está?-digo incorporándome para levantarme.
-No te puedes levantar, tienes la pierna rota.
-¿Qué?
Me toco la pierna izquierda y está bien, tengo moratones y me duele un poco, pero nada raro. Me toco la pierna derecha y noto una escayola que me llega hasta el muslo.
"Dios esto es una locura, no puede estar pasándome esto, quiero verla, necesito verla. YA"
-¡Tengo que ver como está!.
-Ahora no puedes, está en la UCI.
-¿No puedo?-te levantas sin apoyar la pierna izquierda-pienso ir, le guste o no.
-No vas a poder tocarla, está muy medicada, vas a tener que mirarla por la ventana.
-Me da igual, necesito verla-digo.
Me lleva a una sala desierta, es la sala de espera, ahora me avisarán para que vaya a verla, a través de un cristal. Un maldito cristal me va a separar de ella.
-¿Señor Hutcherson?
-Soy yo.
-Venga conmigo, por favor.
Me lleva por un pasillo blanco, muy iluminado, se para en una puerta.
-No puedes entrar.
Señala una ventana muy grande. Ahí es donde tengo que mirar.
Voy despacio, no quiero creer lo que ahora voy a tener que ver. 
La veo, tiene cables por todas partes. No tiene los ojos abiertos y es cuando me echo a llorar.
Lloro, lloro, no puedo hacer otra cosa.
Pongo una mano en el cristal, como si pudiera fundirlo, cogerla e irnos de allí. 
"Ojalá no hubiera ido a por ella, ojalá me hubiera retrasado".
Lloro, es lo único que me dejan hacer.
Doy un golpe al cristal.
-¡____, ____ estoy aquí!-grito, deseo que despierte-¡____ despierta!
Eso el lo último que recuerdo antes de despertarme en la camilla.
-¿Qué ha pasado?
-Te desmallaste al verla-dice serio.
Ha pasado de verdad.
-¿Cuánto llevo dormido?
-Una hora más o menos.
-¿Ha despertado?.
-No...
Deseaba que me oyera.
-¿Cuándo voy a poder ir con ella, estar a su lado?
-Antes te has alterado mucho, no se si te van a dejar verla hoy otra vez.
-Ya estoy más tranquilo-digo con lágrimas en los ojos.
Él abraza.
-Ella está..., un poco mejor. No creo que despierte hoy ni mañana, pero va a vivir.
Ahí volví a llorar.
-¿Habéis avisado a... alguien?
-No, no llevaba el DNI.
Siempre la digo que se lo lleve y nunca me hace caso.
-Yo llamaré-digo.
El doctor se va y, en una silla de ruedas, pido indicaciones para ir a una cabina de teléfono.
Marco el número de su padre.
-¿Sí?
-Ho...hola, soy Josh.
-Hola, chico, ¿por qué no vinisteis a dormir ayer?
Me echo a llorar.
-Hemos tenido un accidente de tráfico. Lo siento.
-¿Cómo está?-dice muy serio.
-Inconsciente.
-Vamos a ir allí, ¿en qué hospital estáis?.
-Virgen de la Salud.
Cuelga. 
Él siempre es así, frío, nunca quiere mostrar sus emociones.
Tardan media hora en llegar.
Yo estoy tumbado en la camilla.
-¿Dónde está?-dice su padre.
Se que le he decepcionado, pero no me lo quiere decir.
-En la UCI.
Se van corriendo.
Vuelven al rato. Me encuentran llorando.
-¿La habéis visto?-digo.
-Sí, ahora la van a trasladar arriba, dicen que se está recuperando bien, solo tiene un brazo roto, pero sigue inconsciente.
-Lo siento-digo, llorando todavía.
-No tienes la culpa, por lo que me ha dicho el doctor ha sido culpa del coche, no os vio, ¿no?
Lloro.
Me abrazan los dos.
-Se va a poner bien-dice su madre llorando.
-Lo siento-digo.
Viene el doctor al poco tiempo.
-Ya la podéis ir a ver-dice-está en la 130, os acompaño.
Me incorporo para ponerme en la silla de ruedas. Me lleva su padre.
Se me siguen cayendo las lágrimas. Noto que su padre me toca el hombro, me está consolando, en vez de gritarme me consuela. Tiene que verme muy mal.
-Es aquí-dice el doctor-os dejaré solos.
Abre su madre la puerta y la veo, en la cama, con los ojos cerrados y con una máquina a su lado, creo que detecta el latido de su corazón.
"Pi, pi, pi", parece normal.
Su madre la besa en la frente, la quita el pelo de la cara. Su padre le coge la mano libre de escayola. Yo me quedo en la puerta. Soy culpable, no merezco estar ahí. Me limito a ver a sus padres, sus reacciones: su madre sigue llorando y su padre la besa la mano, tiene los ojos encharcados.
Ella parece no enterarse de nada.
Yo sigo en la puerta, esperando a que se despierte y poder pedirla perdón.
Llega el doctor.
-Lo siento, pero solo uno se puede quedar con ella.
-¿Puedo quedarme yo?-digo al instante.
-Quiero quedarme yo-dice su madre.
-Deja al chico, no ha podido estar con ella. Vayámonos a casa, a descansar.
Salen por la puerta, la madre no hace nada pero su padre me vuelve a tocar el hombro.
Voy hacia ella. Vuelvo a llorar.
-¿___?-digo.
No responde, tenía esperanzas.
-Lo siento. Siento lo que te está pasando.
La cojo de la mano, la beso, me acerco a su cara, su preciosa carita. La beso en los labios.
-No me dejes solo, por favor.
Se me vienen muchas cosas a la cabeza, cosas que no he dicho y debería haber dicho.
-Te voy a decir una cosa, ¿vale?
No contesta.
-Nos esforzamos mucho en encontrar una solución, cuando la solución es encontrar lo que somos. Cualquier persona entra por los ojos, pero cuando los he cerrado solo tú me has llegado al corazón. Gracias a ti no veo el amor de la misma manera, no conozco a esa que llamas razón, solo se que te quiero hasta que duela. Ojalá pudieras verme ahora. Dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y yo espero no perderte casi antes de tenerte. Tengo el cuerpo molido a base de golpes, tú me has enseñado otra manera de aprender. Aprendí a volar cogido de tu mano, ahora no voy a soltarte a ti. El que piensa que el dinero da la felicidad es que no sabe lo que son esas dos cosas, ya que mi felicidad eres tú, solo tú me la das y tú me la quitas. Esta noche intento echar el tiempo hacia atrás, pero no consigo nada. A pesar de todo, que sepas que te quiero.
La beso.
-Te quiero.
Vuelvo a besarla.
-Te quiero.
Noto un movimiento, tengo su mano cogida y parece que ha movido un dedo.


Has oído todo, es raro, quieres moverte, siempre has querido.
Al escuchar lo que ha dicho, deseabas más que nunca contestarle.
Lo deseas. Lo quieres con todas tus ganas.
"Vamos, ____, haz algo", te dices.
Notas como se mueve un dedo.
"Buen comienzo".
-Vamos, ____,sigue, vuelve conmigo-dice Josh.
"Abre los ojos", quiero abrirlos.
"Abre los ojos", me digo.
"Vamos, abre los ojos".
Noto que he parpadeado.
"Bien, sigue".
Ahora él no me coge la mano, se ha ido.
-¡Doctor, doctor!-grita Josh-¡Doctor, se ha movido!
Llega el doctor.
-Ahora tiene que salir.
Josh ya no está en la habitación.


Josh
"Se ha movido, ha parpadeado por lo que he dicho"
Sonrío. Ha vuelto conmigo.
Ahora estoy llorando, pero no es de tristeza, sino de alegría, ella está bien.
Están tardando mucho. "¿Por qué tardan tanto?" "¿Está bien? Tiene que estarlo, se ha movido".
Están ahí dos horas, llamo a la puerta. Se oye movimiento. 
Abren la puerta. Salen dos enfermeras.
-¿Qué pasa? ¿Está bien?
-Oh, ya lo creo, ha hablado.
-¿Qué ha dicho?
-Ha preguntado por un tal Josh.
-Gracias-digo riendo.
"Ha preguntado por mi"
-Te quiero-grito, espero que ella me escuche.
Sale el médico.
-Ya puedes entrar-dice.
Entro, me pongo a su lado.
-Te quiero-digo-te amo.
-Ídem.
Es la palabra más bonita que he escuchado nunca.

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