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martes, 4 de septiembre de 2012

Capítulo 6.- "El viaje"


Tú:
Estás en casa, discutiendo con tus padres el destino de vuestras vacaciones de verano:
-¿Qué os parecería un viaje fuera de España?-dices.
Nunca has salido de España, siempre habéis ido a distintas partes del país y te encantaba, pero querías probar algo nuevo.
-Va a ser muy caro...-dice tu padre.
Vienes de una familia acomodada económicamente pero tu padre tiene ese afán ahorrador que te pone tan nerviosa que explotarías.
-Vamos, papá, pásatelo bien por una vez, ¡derrocha!-dices riéndote. 
-Anda cariñín, sabes que siempre he querido hacer un crucero por el Niágara-dice con una vocecita dulce y acariciando a tu padre.
Viéndolos así te encanta, quieres ser ellos cuando tengas su edad, quieres estar así con Josh. Tus padres llevan casados 30 años y se quieren como el primer día.
-Tenéis razón, está decidido... ¡Vamos a hacer un crucero por el Niágara! 
-Papi...-dices poniendo morritos-¿me dejas invitar a alguien? Así mamá y tú tendréis más intimidad...
-Quieres que venga Josh, ¿verdad?
-Sí... Llevamos casi tres años y todavía no se ha venido con nosotros de vacaciones, tenéis que conoceros mejor él y tú.
-No se... Me lo tengo que pensar.
Ahí se dejó la conversación.
A la semana siguiente tu padre aparece en casa, a las 11 de la mañana con los billetes del avión.
-Nos vamos la semana que viene.
-¿Quiénes?-preguntas, esperando que te diga que Josh también puede venir.
-¿Quién va a ser?-dice-Tu madre-deja un billete en la mesa-Tú-deja otro billete en la mesa-Y yo-deja el tercer y último billete que tenía en las manos.
Bajas la cabeza un poco triste, de verdad esperabas que te dejara invitarle. Josh y tu padre nunca habían tenido la famosa "charla" pero se llevaban muy bien, Josh había ido a tu casa muchas veces, había ido a ver el fútbol, a cenar, incluso a dormir. No entendías por qué no podía ir una semana con vosotros. En realidad si lo entendías, pero no querías aceptar que tu padre no confiara en vosotros lo suficiente.
-Y Josh-dice poniendo otro billete en la mesa.
En ese momento se te iluminó la cara.
-Gracias papá, muchas gracias-te le comes a besos-Eres el mejor papi-dices abrazándole.
-Que no sirva de precedente-dice riéndose-anda llámalo a ver si quiere venirse.
-Voy voy-dices dándole un último beso.
Coges el teléfono y marcas su número, te le sabes de memoria.
-¿Sí?
Su voz suena tan dulce.
-Tengo una sorpresa para ti.
-¿Eres tú?-no te habías dado cuenta de que estás llamándole con el teléfono nuevo que habéis puesto en casa.
-Sí, Joshi, perdona, no te había dado el número nuevo.
-No pasa nada, preciosa-dice riendo-Bueno... ¿Qué pasa con la sorpresa?
-Mi padre te ha invitado a venir de vacaciones con nosotros y quiere saber si te gustaría venir-dices.
-¿Que si me gustaría?-por como lo ha dicho parece ilusionado-Me encantaría.
-¿Sabes lo que te quiero?
-La verdad es que se me ha olvidado...-dice poniendo una voz muy graciosa.
-Pues que no se te olvide lo que te voy a decir: Quiero que dentro de 35 años nos queramos tanto como ahora y quiero que invites a venir con nosotros al novio de nuestra hija.
-Ah, con que de repente quieres tener hijos conmigo, ¿no?.
Tú siempre habías dicho que no querías hijos, no hasta cumplir por lo menos los 32. Él sin embargo quiere tenerlos más joven, no ahora, pero sí en unos 5 años, cuando él tenga 25 y yo 23. 
-Quiero tenerlo todo contigo-contestas.
Él se queda callado un momento.
-Eres toda mi vida, eres mi vida real-dice-eres la primera persona en la que pienso cuando me levanto y la que me da las buenas noches.
-Josh... Te...
-Déjame terminar. He dicho que eres mi vida real, pero soñando también estás tú. Hoy he soñado contigo.
-¿Si?-dices ilusionada.
-Sí, muchas veces he soñado contigo, pero me ha dado vergüenza contarte los sueños-dice-sin embargo hoy ha sido un mal sueño.
-¿Por qué, cariño?
-He soñado que te perdías, estábamos nadando en el mar y desapareciste, te llevaron al fondo del mar. Yo bajaba, pero cada vez que conseguía agarrarte te alejaban más de mi, y cuando me quedé sin respiración en el agua ya no conseguía verte.
-Oh, Josh...
-Entonces ha sido cuando me has despertado de la pesadilla, llamándome. Me has rescatado.
Tú no sabes qué decir, no sabes que palabras elegir, ninguna es lo suficientemente buena para expresar lo que sientes por él. Así que te quedas decepcionada contigo misma cuando le dices:
-Te amo. No, un simple "te amo" no sirve, siento muchísimo más para decirte solo te amo.
-Lo sé, con eso basta.
-No basta, te quiero, eres todo, quiero que estés siempre conmigo, quiero contarle todo esto a nuestros nietos, quiero dar paseos por el parque, quiero invitarte a un helado de chocolate. Te quiero solo a ti.
-Ídem-dice.
Ahí es cuando se te cae el mundo. "Ídem" cómo no se te había ocurrido.
-¿Voy a buscarte esta tarde?-pregunta.
-Iré yo a por ti si no vienes-dices riendo.
Se ríe.
-Me parece bien que vengas a mi casa a por mi...-dice.
-¿Sí?
-Claro, así tendremos un poco de intimidad-contesta con un tono de voz que te parece muy sexy.
-Mmmm, tentador...-dices, imitando ese tono.
-Pues decidido entonces, te voy a buscar y te vienes.
-Hecho. Sabes que te voy...
En ese momento entra tu madre en la habitación.
-Ven a poner la mesa, vamos a comer ya-dice.
"Ay madre mía", piensas, que vergüenza, menos mal que no ha entrado un poco después...
-Ya has oído, Josh, tengo que poner la mesa.
-Con lo bien que estaba la conversación...-contesta.
-Bueno, ya esta tarde nos vemos-dices-Ídem.
-Estoy deseando que vengas para ver lo que me ibas a decir-dice con ese tono sexy, que te pone, no lo vas a negar-Ídem.
Que palabra más bonita, en realidad la hemos cogido de la película Ghost, nos gustó su significado.

"Pi, pi, pi", oyes, acto seguido "Din, don". Es Josh, sin duda. Abres la puerta y le das un beso y señalas con la mirada a tus padres.
-Me voy-dices y le das un beso a los dos-no me esperéis para cenar.
Cierras la puerta antes de que puedan contestar.

Bajas del coche, Josh te abre la puerta y ves un camino de flores amarillas en el suelo, te encantan las flores amarillas.
-¿Dónde lleva esto?-preguntas sonriendo.
Te besa y llevas tu mano a su pantalón.
Él suspira profundamente.
No decís nada, le llevas de la mano por el camino amarillo que, como suponías, lleva a su habitación. Te paras en la puerta, le pones de espaldas a la cama, le quitas la camiseta y le tiras. Te pones encima suyo.
-Te quiero-dice.
-Sí, sí, lo se-contestas.
Te quitas la camiseta, llevas puesto un sujetador nuevo, blanco con encaje, es nuevo.
-Qué bonito-dice.
Lo toca.
Le besas.
Mientras le besas, le desabrochas los pantalones vaqueros que lleva. Despacio.
Notas su respiración.
Le quitas los pantalones suavemente, despacio, no hay prisa.
Él te los quita a ti del mismo modo.
Ahora es él el que está encima, quiere llevar el control. Tú lo aceptas porque ya lo habías perdido.
Te da besos, empieza en los labios, baja al cuello despacio, vuelve para darte otro beso, esta vez mordiendo tu labio inferior. Sonríes, te hace sentir bien. Sigue con los besos, ahora toca la parte del sujetador, que misteriosamente ha acabado en la silla. Sigue bajando, llega al ombligo, sabe que ese es tu punto débil.
Le tocas el pelo, es entonces cuando el sujeta tus manos suavemente, entrelazáis los dedos, tienes las manos por encima de la cabeza. Ahora te está dando besos en la boca otra vez, y está concentrado en hacer que te vuelvas completamente loca por la parte de abajo.
Todo lo que hace te encanta, está todo en silencio, lo único que se oye son los suspiros de los dos.
-Para, para-dices, no muy convencida.
Él sabe que quieres seguir.
No sabes cuanto tiempo ha durado. A ti te parece lo justo.
Te da un beso y se tumba a tu lado.
Te da otro beso.
-Madre mía-dices.
"¿Madre mía?",piensas, "joder..., lo peor que podría haber dicho".
-¿Te ha gustado?
Suspiras.
-Perfecto.
Os quedáis tumbados un buen rato, era de día cuando habéis empezado, ahora está oscureciendo.
-¿Qué quieres hacer?-te pregunta.
Te mira a los ojos, "qué guapo es", piensas.
-¿Qué quieres hacer tú?
-Quedarme así hasta que tengas que irte.
-Pues lo mismo que yo, entonces.
Te abraza, te atrae hacia él. Tú le besas el pecho y os quedáis así hasta que te suena el teléfono.
-Hola papá-dices contenta.
Para no estar contenta después de lo que acaba de pasar.
-¿Voy ya a por ti? Ha oscurecido.
-Vale, como quieras.
Sabes que te va a dar tiempo a vestirte porque tardará unos cinco minutos.
-Voy para allá, un beso.
Tu padre es muy seco hablando por teléfono.


Josh

Ya se ha ido, ____ y la estoy echando de menos. Nunca me había pasado esto, ella es especial, muy especial, es mi vida, lo se.
Estoy muy nervioso, en el viaje voy a tener que hablar con su padre... "La charla". Da miedo. Todo sea por ella, para que vea que quiero casarme algún día con ella, tener hijos; que se haga a la idea.
Le caigo bien, lo se, pero es su niñita, la única. Y yo he sido su único novio. Ella, a pesar de que he tenido más novias es la única por la que siento que merece la pena seguir, sentir.
Dios, la quiero, la amo. 
Me vuelve totalmente loco.


Quedan unas horas para subir al avión, estoy muy nervioso, he estado muchas veces con sus padres, pero no me esperaba "La charla". Que tonto soy.
Ahí está, había ido a por algo para beber. ¿Qué pensaba? Da igual, ya está aquí.
-Solo había agua y coca-cola-dice, me encanta su voz.
-Perfecto, me gusta el agua-a ella la encanta la coca-cola.
-Lo sabía-dice, que guapa está. No se ha pintado la cara, está guapísima, preciosa.
La acaricio la cara suavemente. Viene su padre.
-Hola señor-no se me ocurre otra cosa que decirle, seré imbécil, he tenido conversaciones más largas con mi calcetín.
-¿Estás nervioso, Josh?-dice riéndose, ¿por qué se ríe? Lo sabe, sabe que vamos a tener "La charla".
-¿Yo? Que va, los aviones no me dan miedo-digo disimulando.
___ se acerca para darme un beso, se lo devuelvo.
Ya hemos subido al avión, sus padres van dos asientos por delante de los nuestros, mejor, así podemos hablar.
-Te quiero-la digo, mirándola a los ojos.
-Ídem-dice con una sonrisa preciosa.
Me encanta. La adoro. Me pierde su perfume, se lo regalé yo, me atrae su voz, el olor de su pelo, la forma en que mueve los labios al hablar.
La beso. Me besa, como besa, me encanta.
Por el camino hablamos de todo, de qué haremos, de lo bien que lo vamos a pasar...

Ya hemos llegado.
No me había fijado desde el avión, es todo muy verde, ahora vamos a subir al barco. Es muy grande.
Sus padres han elegido dos camarotes, bien pensado.
-Más intimidad-me susurra al oído.
Dios mío la quiero.
-¿Vamos a hacer algo hoy?-digo, venía su padre.
-No, yo estoy muy cansado, voy a dormir ya.
-A dormir se ha dicho-digo, tengo que pensar mejor lo que voy a decir antes de hablar.
Me mira, se ríe y se va.
Me tumbo en la cama y ella se pone a mi lado, me besa, hemos decidido no hacer nada en las vacaciones por si nos escuchan, lo que me faltaba para estar más nervioso.
-Tengo sueño-dice.
Ya se ha puesto el pijama, es un pijama corto, unos pantalones rojos y una camiseta de tirantes con un gato. Me encanta, me gusta todo lo que se pone, todo la queda bien. Y más ese pijama, me vuelve loco. Ella me vuelve totalmente loco.
-Duérmete pequeña-la digo.
La beso, me encanta besarla.
Ella me besa, ya he perdido la cabeza otra vez.
La toco por encima del pijama, me encanta su cuerpo.
"Para, no puedes hacer nada", me digo.
La doy un último beso, un largo beso.
-Buenas noches.
-Buenas noches, Josh-dice.
Me encanta cuando dice mi nombre.
Esa noche no me puedo dormir, me quedo mirándola. Se me ocurre una idea, voy a escribir un poema: 
Te estoy echando de menos,
te veo dormida,
se me enfrían los dedos.
Quiero besarte, comerte, mirarte,
te quiero a ti.
Ahora que te veo dormida
pareces un ángel.
Mi mente está totalmente ida
cuando me hablas todo olvida.
Ídem.
Ha quedado fatal, pero es lo que me ha salido, soy penoso escribiendo poemas.
Me ha entrado el sueño, me acuesto, la doy un beso y ya no recuerdo más.
Me despierto por la claridad, ella sigue dormida, la miro, la miro, la miro. Es preciosa.
La beso, quiero despertarla. Ella despierta nada más tocar sus labios.
-Buenos días princesa-digo, la encanta.
-Buenos días caballero-dice estirándose.
-Te quiero-susurro.
-Ídem-dice sonriendo.
-Guapa.
-Bonito-me encanta cuando habla.
Llaman a la puerta, hay que ir a desayunar.
Se acerca "La charla".
Ya hemos ido a desayunar.
-¿Puedo hablar un momento con usted?-le digo a su padre.
-Claro, Josh, ¿qué pasa?.
Se levanta y vamos a una mesa bastante apartada.
-Quería hablar con usted para decirle que quiero a su hija, quiero casarme con ella y, si tengo suerte, algún día estar en su posición.
Él asiente, espera a que termine.
-La quiero, es más que querer.
-Para, hijo-me dice serio-se lo que me vas a decir y si no me lo creyera no estarías aquí, agradezco que me lo digas, demuestras valentía y me alegro de que mi hija esté contigo. ¿Era eso lo que querías oír? 
-Si, muchas gracias, señor.
-No me llames señor, me hace parecer viejo.-dice riéndose.
Ahora más que nunca se lo que siento. La amo. Me quiero casar con ella mañana mismo.
-___-grito-¡Te quiero!
Ella sonríe y se sonroja, la amo.
-Ídem-dice.




-Este chico te quiere y mucho-dice tu padre.
-Lo se-le sonríes.
Vas donde está él, sigue en la mesa, se levanta y tú te lanzas a sus brazos, él te coge y te dice al oído.
-¿Has leído el poema?
-No...-mientes-¿qué ponía?
-Básicamente que te amo.
Os besáis delante de todo el mundo pero se te olvida la gente.
Ídem.

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